© Jaled Ibarra
El fotógrafo, documentalista, escritor y viajero cántabro Javier Ibarra Zorrilla, profesionalmente Jaled Ibarra, nos presenta su nuevo proyecto «Inspiración: mujeres frente a la cámara».
¿Cómo surge la idea de hacer este proyecto?
Llevo casi dos décadas de profesión con proyectos que se han desarrollado principalmente en países de África y América Latina. Desde hace tres años trabajo de forma independiente. A partir de aquí siento que empiezo de cero, vuelvo a nacer profesionalmente y se abre una etapa prolífica de autor. Tres años intensos en los que desarrollo publicaciones, novelas y documentales. Sin darme cuenta, la mayoría de temas relacionados con la mujer: Exposición “África tiene rostro de mujer”, documental “Hijas de la Esperanza”, investigación “Mujeres entre dos orillas”, exposición “Tras el velo”, documental “Patio Bonito, mujeres que ayudan a mujeres”. Miro hacia atrás y descubro que la mujer ha sido una parte sustancial en toda mi trayectoria. Quiero compartir aquellos momentos únicos.
¿Con qué dificultades te has encontrado?
Trabajar con mujeres ha sido realmente fácil y enriquecedor. Creo que tengo bastante desarrollado mi lado femenino que siempre lo he relacionado con la sensibilidad y creatividad. Me siento muy cómodo y no he tenido problemas por temas culturales o religiosos.
Háblanos de lo que podemos encontrar en el libro.
La inspiración creativa resume las imágenes de mi nuevo trabajo. La elección de las protagonistas ha sido estudiada meticulosamente; fotografía a fotografía, cada matiz, cada detalle y cada mirada como lo haría un poeta o un pintor con su obra. He hecho un alto en el camino con cada una de ellas dando rienda suelta a mi sensibilidad.
Durante este proceso he presenciado figuras imposibles, gamas de colores desde el blanco inmaculado al negro absoluto, sombras y luces esculpidas de la naturaleza que juegan frente a mi cámara en paisajes de ensueño. He soñado despierto en numerosas ocasiones.
He oído la voz del muecín llamando a los fieles a la oración en Mauritania, los tambores de una aldea perdida en Malí o las risas de los niños y niñas trabajando en el campo de un pequeño poblado al norte de Uganda. Los trinos de los pájaros en un hermoso jardín de la capital colombiana, las flautas en el Amazonas brasileño o el bullicio de la fiesta en la costa del Perú. También el dolor del flamenco en mi querida Andalucía, la primavera oxigenada en los hayedos cántabros o la brisa del Mar Mediterráneo que huele a dulce romero.
Siento la angustia de la mujer saharaui que se marchita en la hamada argelina, siento el orgullo de la niña indígena que quiere conservar sus raíces. Siento la valentía y el coraje de la que se ha alejado de su familia y de su tierra para buscar un futuro más amable. Siento la alegría de la llegada al colegio con sus compañeros varones en una aldea africana. Siento el amor por su querida ciudad después de un terremoto destructor. Lo siento porque de alguna manera todos estos sentimientos son parte de mí.
¿Por qué crees que es importante visibilizar diferentes perfiles de mujeres?
Necesito mostrar una realidad tan alejada de los estereotipos y clichés que inundan los medios de comunicación. Vivimos totalmente engañados. Mis imágenes siempre tienen un trasfondo de denuncia pero siempre mostrando dignidad y esperanza. Me aburren los discursos de nuestra sociedad en cuanto al sometimiento de la mujer en determinados países o culturas. La ignorancia es corrosiva y aquí hay gente que quiere hacer mucho daño.
En la actualidad la situación de la mujer es un arma que se utiliza para imponer ideas, crear guerras o someter a pueblos.
Explícanos una o varias historias que te hayan marcado especialmente.
Recuerdo a unas jóvenes del norte de Benín que habían sido vendidas por sus familias para casarse y pudieron escapar de sus futuros maridos. Las conocí refugiadas en un humilde centro educativo dirigido por una comunidad de religiosas. Me maravillaron la valentía de esas niñas y el trabajo de aquellas misioneras que daban una salida digna a sus vidas.
© Jaled Ibarra
En España disfruté de una tarde lluviosa en las montañas de Cantabria con una mujer alemana de padre emigrante español que se enamoró de su actual marido en un viaje a la tierra de su padre. Creo que todos los anhelos de su padre por abandonar su tierra se canalizaron en ella y se transformaron en amor.
Por otro lado, conocí a una mujer en la capital colombiana que fue capaz de transformar una situación personal de pobreza y violencia en un proyecto de vida que se ha convertido en una de las herramientas que tiene el gobierno de la nación para luchar contra esa lacra que sacude Colombia desde hace demasiado tiempo.
¿Qué te ha aportado este libro personalmente?
Una gran experiencia que me convierte por un momento en mensajero de una realidad que no es la mía, que es de ellas.
¿Por qué has apostado por el micromecenazgo?
La autoedición se ha convertido en casi la única vía para poder desarrollar nuevas creaciones con total independencia. El contacto personal a través de este sistema es muy interesante. La persona que compra un libro pasa a ser parte de este proyecto.
He utilizado la web de Verkami porque he visto proyectos de mucha calidad que han acabado con éxito. Tengo cuarenta días para conseguir la financiación.
El presupuesto se destinará exclusivamente a la producción del libro en el diseño, maquetación e impresión pues el trabajo fotográfico y de redacción está finalizado.
¿Qué otros proyectos tienes en mente?
Afortunadamente son muchos los proyectos que tengo en la bandeja de salida. Si soy capaz de sacar la mitad me doy con un canto en los dientes. El próximo otoño expongo en Bogotá “Tras el velo” un proyecto que nace en África para mostrar la lucha de las mujeres africanas en distintos países en el ámbito de los Derechos Humanos. Una lucha silenciosa y oculta que parece no tener cabida en los medios de información.
Ya estoy preparando otro proyecto con el sistema de micromecenzago para mostrar una comunidad de afrodescendientes en el Pacífico colombiano que se han unido para gestionar su territorio y protegerlo de los proyectos agresivos de minería ilegal y destrucción de la selva.
© Jaled Ibarra
En España, me gustaría trabajar con la realidad de las musulmanas presentando diferentes perfiles para romper de una vez con los estereotipos negativos que día tras día se quiere vincular con el islam.
Muchas gracias, Jaled. Te deseo mucha suerte en todos tus proyectos.