A vueltas con la identidad, la imagen y la censura

Tengo que agradecerle a Brigitte Vasallo que haya rescatado la siguiente noticia para el público hispanohablante. Se trata de la campaña «I speak for myself» («Hablo por mí misma») que han llevado a cabo cientos de musulmanas escocesas.

Como es habitual, este tipo de noticias son silenciadas por la prensa mainstream ya que no corroboran la visión estereotipada de «la mujer musulmana» (en singular). Los medios españoles son, globalmente, meras correas de transmisión de los contenidos difundidos por las grandes agencias internacionales (americanas, sobre todo). Hay poco espacio para la crítica y la libertad de expresión: se deben cumplir unas agendas políticas concretas.

A mí me lo han dejado bien clarito diferentes medios de comunicación nacionales: o bien, con la consabida respuesta automática vía correo electrónico “ya hemos tratado ese tema en demasiadas ocasiones” o bien, quitándome la palabra en una tertulia de radio en la que participaba, por no decir «amén» a las tesis prejuiciosas de la periodista. Pero también he sufrido la censura en otros medios, como en una cadena de televisión, por negarme a aparecer con un hiyab.

Estoy de acuerdo con la denuncia de Brigitte: es lamentable que sea necesario tener que insistir en que una cosa es la identidad nacional y otra la religión que se profesa.

La campaña de estas musulmanas escocesas es inevitablemente reactiva, reaccionan ante unos estereotipos. Por desgracia, en su apuesta por deconstruirlos, siguen encerradas en ese mismo esquema, aunque esta vez  sea para decir que es compatible ser escocesa y musulmana. Lo mismo se podría decir cuando algunas nos desgañitamos insistiendo en que una puede ser demócrata y musulmana, feminista y musulmana…

Algo similar ocurrió con otra campaña de unas musulmanas holandesas. Necesitaban justificar su opción religiosa públicamente, hartas de que se las acusara de ser eternas inmigrantes, inasimilables, sumisas y tristes, debido a su condición de musulmanas. De ahí que la campaña de las holandesas, al igual que la de las escocesas, hubiera optado por utilizar el humor.

Es positivo que surjan iniciativas de las propias musulmanas para desmontar los estereotipos, aunque creo que sería más eficaz pasar de una postura reactiva a una creativa y proactiva. El arte -la literatura, la pintura, la fotografía, la danza, la música, el cine y todas las expresiones artísticas- es una excelente herramienta de subversión. Si los medios de comunicación masivos visibilizaran en exceso esa producción, significaría que habría dejado de ser subversiva.