Ley contra el racismo en Catalunya, ¿una buena noticia?

El Govern aprueba la memoria preliminar de la ley que aborda el racismo de forma integral, impulsada por la Conselleria de Igualdad y Feminismos. Empieza un período de consulta pública previa de tres meses y medio abierto a la ciudadanía, que combinará medios telemáticos y presenciales en todo el territorio catalán. En una reacción inmediata, podemos felicitarnos por la iniciativa. Se trata de una ley que tratará las diferentes formas y expresiones del racismo, como el antigitanismo, la islamofobia, la xenofobia y otras formas de discriminación étnico-racial. El hecho de que se normalicen estos conceptos y que se reconozca la existencia misma de las diferentes formas de discriminación es un aspecto positivo, por lo menos en apariencia.

Otro aspecto, en principio, positivo es que la iniciativa está impulsada por la Conselleria de Igualdad y Feminismos, lo que muestra que dentro del feminismo institucional hay cierta diversidad de corrientes y sensibilidades. No todo el feminismo está instrumentalizado por la extrema derecha en lo que se refiere a discursos racistas. También es importante el hecho de que se reconozca la existencia de un racismo estructural e institucional que pueden ejercer los propios poderes públicos.

Ahora bien, más allá de las buenas intenciones o declaraciones, habrá que ver de qué medios se van a disponer, qué margen de maniobra van a tener cuando choquen entre sí los intereses de las diferentes consellerias, y qué voluntad política tendrán para aplicar la ley.

Otra cuestión importante es que esta ley puede acabar neutralizando e instrumentalizando la lucha contra las diferentes formas de racismo al institucionalizarla y dictar desde arriba los enfoques, las agendas y estrategias. En función de todo ello, será una ley eficaz o será papel mojado e, incluso, contraproducente. Por lo pronto, parece que la balanza se inclina hacia la segunda opción. Algunas cuestiones que debemos tener en cuenta:

¿Qué alcance, margen de maniobra y voluntad política habrá en lo relativo a la ley de Extranjería, quitas de custodia de hijos de familias migrantes, revisión de los requisitos para obtener el permiso de residencia?

¿De qué forma esta ley entra en conflicto con la política antiterrorista de Catalunya y protocolos como el PRODERAE, que se aplican, por ejemplo, en el sector educativo, así como la ley antiterrorista española que alimentan el racismo y la islamofobia?

Catalunya es la Comunidad Autónoma en la que hay más ordenanzas municipales que restringen la manera de vestir de las mujeres musulmanas. ¿Esta ley revisará y anulará todas esas ordenanzas?

¿De qué forma se protegerá a las personas racializadas de la violencia de los mossos d’esquadra? ¿Cómo impedirá que sigan existiendo controles por perfil étnico?

¿De qué manera se respetará el Acuerdo de Cooperación de 1992, según el cual las personas musulmanas tienen derecho a ser enterradas según el rito islámico, a construir mezquitas en las ciudades y pueblos, cosa que actualmente es imposible en muchos municipios?

Si la ley no se aplica, por falta de voluntad, falta de margen de maniobra o conflicto de intereses siempre se nos podrá replicar, ¿de qué os quejáis, si tenéis una ley contra el racismo? Por lo que puede acabar siendo contraproducente. En definitiva, al igual que ocurre con otros movimientos y reivindicaciones sociales lo más probable es que esta ley acabe neutralizando e instrumentalizando la lucha contra las diferentes formas de racismo al institucionalizarla.